La vocación al amor es un punto neurálgico en la vida del ser humano. De cómo se entienda y se viva el amor depende su sentido. El amor es sentimiento, pero, es más, mucho más. Es comunicación, apertura, don, entrega. Nos habla de procurar el bien de la persona amada, de fidelidad, de esfuerzo, de ofrecer lo mejor, de superar dificultades y fracasos y de compartir éxitos y alegrías. De comprometer la vida para buscar el bien de otra persona, su perfección y su felicidad.
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