Hora de los laicos
No hay época ni período de la historia que, en los designios de Dios, no vaya amorosamente vinculado al hombre de la calle, en la sociedad; y al seglar de a pie, en la Iglesia. Los tiempos que vivimos son, por añadidura, claramente laicales. Dios lo quiere así. Y hace falta percatarse bien de ello…


